Estos días...

No han sido mis mejores días, todo hay que decirlo... De hecho no los situaría siquiera entre los mejores de los peores.

Mi abuela ha tenido una caída en el baño de su casa y ahora está totalmente dolorida por todos lados. El problema es que ella pesa bastante, como rondando los cien kilos y encima cayó justo encima de donde tiene una mastectomía hecha, por lo que el golpetazo ha sido de órdago. Tiene una costilla rota y solo estoy yo para cuidar de ella.

Me apena verla como está ahora, sentada en su sillón y sin poderse mover, quejándose por cada pequeño movimiento que hace y demás, pero no puedo hacer más de lo que hago. La otra noche hasta me quedé con ella en su casa... No sé, me deprime verla así y me enfurece no poder hacer más de lo que hago.

Me gustaría llenar el blog con buenas cosas, pero a veces no me es posible y creo que todos los artículos que escribiré hoy estarán cargados de tristeza o bien de rabia... Y escribiré... escribiré mucho y no porque haya pasado mucho tiempo desde la última vez que escribiera aquí, sino por el simple hecho de que necesito escribir por todo y todos.

Estoy en ese punto de bajón que ha sido agrabado por algo que ha pasado y como no sé cómo salir, estoy rasgando la tierra en busca de un tunel, por así decirlo.

No me encuentro bien, de hecho, creo que no había estado tan mal en toda mi vida. Se me han ajuntado muchas cosas y las cosas pequeñas al entrar en contacto con las grandes, parecen realmente enormes.

Solo espero que escribir unas líneas me haga sentir mejor y me anime a salir de casa y respirar un poco de aire...